miércoles, 3 de diciembre de 2008

Carta a un alma en el paraiso.


A decir verdad, no te recuerdo muy amenudo. Te fuiste hace ya años, no se hace cuantos, ni tampoco se la fecha exacta en la que te fuiste, la verdad creo que así es mejor, entonces así solo te recuerdo espontaneamente cualquier día y no solo el día en que se cumple otro año de tu partida, además a si la tristeza que nació el día que te fuiste se reparte en muchos días, y no se almacena solo en uno, asi llevar este pesar es más facil.
Tengo muchos recuerdos de ti, y me gusta tenerlos siempre en mis pensamientos. Recuerdo una noche en la que fuimos a tu casa a cocinar chipa asador. Esa noche hacía frío, la fogata que usamos para cocinar se prendió en el patio, había olor a cenizas. Al final de la noche, la chipa estaba riquísima y pasé un buenisimo momento, la verdad que nunca creo que pueda olvidarlo.
Otro recuerdo que tengo de ti, es el día en que mi abuelito me llevó a tu casa para visitarte. Ese día llovía a cántaros, las calles estaban inundadas. Recuerdo que tomamos gaseosa sabor naranja, e hicimos barquitos de papel, con las hojas de un diario viejo y los soltamos en el raudal para que este lo llevase en un recorrido sin rumbo, hasta que el papel se empape y el barquito se pierda en la corriente del raudal.
Recuerdo también, que cuando te enfermaste una vez, y mi abuelito te llevo a su casa para cuidarte mejor, que yo jugaba en el patio con mi prima Camila, tu nos mirabas desde la ventana, sentada en tu cama. Yo no pude comprender la grandeza de ese momento, que será que sentías al ver a las hijas, de los hijos de tu hijo, jugando, tan inocentes, riendo. Apuesto que fue algo hermoso para ti. Recuerdo que ese día estaba soleado y fresco, el jazminero estaba florecido, te lleve unas flores, tu me pediste unas hojitas de un arbol y me hiciste un ramito. Me dijiste que te trajera algunas pajas de la escoba y mas flores, tu de estas cosas nos enseñaste a hacer coronitas, eran muy lindas.
Sabes, cuando aún vivías en la tierra, yo no me recordaba mucho de ti, no es que no te valoraba, creo que es porque yo aún era muy pequeña y mi cabeza estaba siempre en las nubes. La verdad que yo te quería simplemente mucho.
Quisiera que hubieras vivido unos años mas, que yo hubiera madurado un poquito mas para poder estar contigo y valorarte, contarte cosas, hacerte sentir el amor que yo sentía por ti. Pero te fuiste, recuerdo ese día, ese día por alguna razón yo te recordé, a la tarde vino mi papá y me dijo que te fuiste lejos y que ya no ibas a volver. Al día siguiente me despedi de ti por ultima vez, estabas hermosa entre tantas flores, tenías tu rosario entre tus manos.
Ojala estes orgullosa de lo que soy, por que se que vos me estuviste cuidando y observando, por mas de todos lo errores que cometí y sigo cometiendo, ojalá sepas que te amo, y que veas como lloro en este instante, en el que los recuerdos recorren mi mente y mi corazón sucumbe ante la tristeza y la emoción.
Te amo, alma que ahora vives en el cielo, te extraño.

En memoria de mi bisabuela, "Abuela" Elva

1 comentario:

Daniel Aguilera dijo...

¡Mafe! Tu testimonio me hace recordar que debo pasar más tiempo con mi abuelo, Daniel (Daniel I, que está ya bastante achacoso pero fuerte y con sus 85 años) Gracias por escribir estas cosas, no todos lo hacen, es liberador para vos como para otros que lo reciben. Grande!