martes, 16 de diciembre de 2008

Fuego.

Tu me viste jugar con fuego, tu me viste quemarme, tu me viste llorar. Tu y yo sabiamos que era peligroso, sabiamos que era prohibido. Yo jugaba con fuego frente a ti , mas tu no me delatabas. Fui poniendole mas leña al fuego y segui jugando, me quemé, más que las otras veces pero después de llorar un rato, me levanté y continué con mi juego prohibido.
Un día la lluvia vino, apagó el fuego, mojó mis quemaduras. Intenté prender más fuego pero los leños estaban mojados, al igual que toda madera que encontre a mis alrededores. Entoces, me decidi a jugar otra cosa. Tú, me oservaste todo el tiempo y te aprendiste mi juego inconsientemente.
Tiempo después el sol salió, la tierra se secó y yo jugaba entre las flores, tú quisiste jugar con fuego, prendiste una fogata en un lugar oculto, jugaste con las llamas y te que quemaste. El dolor que te infringio el fuego fue tan grande, que te desmayaste.
El atardecer llegó y te busque para ir a casa, pero tu no estabas por ninguna parte. El sol caia más y más pero tu no aparecias, y luego te encontré tirada en el suelo. Al ver la fogata comprendi lo que había pasado. Mis ojos se llenaron de lágrimas, me sentí culpable, pues yo te enseñé a jugar con fuego, yo te di mi ejemplo, tú lo seguiste y te has lastimado. Cuando yo jugaba con fuego, no me importaba si tu mirabas, no pensé que cosas te enseñaba, solo pensé en mi.
Perdon, por aberte enseñado a lastimarte, por mostrarte solo el mal camino, perdón. Te prometo que de ahora en más, te mostraré el buen camino, y te ayudaré. Perdón una vez más, por haberte fallado.