jueves, 30 de diciembre de 2010

Escucho.

Escucho el mar
al apoyar caracolas
a mis oídos.

Sucede algo parecido,
al colocar la mano
sobre mi pecho

siento mis tormentas
tus gritos y los míos,
latiendo al unísono.

1 comentario:

Daniel Aguilera dijo...

Que lindo Mafe, me gusta mucho como comparas el sonido de la caracola con el latido del corazón. El poema debería llamarse, sugiero: "Caracola"
Avanti!